A. es un niño muy reservado, al que le cuesta un poco abrirse (me recuerda mucho a mi cuando era pequeña ... bueno quizás no tan pequeña ;-)). El mes pasado conectó mucho con otro niño. Tanto que se pasa la semana preguntándome cuando llega el viernes, que es cuando nos juntamos con varias familias de la Coordinadora. Me alegra enormemente porque le encanta jugar, nos pasamos los días enteros jugando, acompañados de preguntas como ... ¿Cuántos son 42 y 42? ¿Cuántos son 250 y 52? Y nosotros seguimos jugando ;-)
Y con su AMIGO, y otros niños y niñas, juega mucho.
De repente le da por ojear un libro de actividades y elegir una hoja al azar y ponerse ... Está muy bien sí, aunque a veces es a unas horas ... en las que yo no tengo la misma actividad, jejejejeje.
Otros días le da por enseñarme el libro de inglés, el que utiliza en la extraescolar y cuando ve algún ejercicio sin hacer, se pone y lo hace.
No hacemos nada estructurado ni con lápiz ni papel, solo cuando él lo elige. Como ya he dicho, jugamos mucho, muchísimo. Y también me hace muchas preguntas, muchísimas, sobre números (sobretodo sumas de números altos, de 100 en 100, de números iguales, ...), sobre palabras que desconoce. También le gusta decirme la misma palabra en castellano, catalán y, a veces, en inglés.
Creo que todavía estamos recuperando ese tiempo que nos quitaron y no pudimos compartir. Y también nos besamos y nos abrazamos mucho, y nos decimos que nos queremos cuando nos apetece, porque estamos juntos.
