martes, 22 de enero de 2013

Encuentros de niños con el saber (y el no saber)


Durante un tiempo me resultaba muy difícil explicar que hacían los niños, entre ellos mi hijo, en los encuentros del saber y el no saber con Cristo Torres.  Me limitaba a decir que era una mujer muy culta y muy especial, con la que trabajan utilizando el baile, el teatro y la pintura temas de ciencias, matemáticas, filosofía, ... que yo no podía cubrir de igual manera que ella.

Este lunes y martes ha sido el tercer taller al que ha ido A., y el cambio de mi hijo ha sido espectacular, tan espectacular que al recordarlo ahora me emociono.

El taller tiene una duración de 3 horas un lunes y 3 horas un martes al mes.  Ayer, en el descanso a mitad de mañana vi como mi hijo se dirigía a Cristo mientras jugaba EN VOZ ALTA.  Quienes conozcáis a mi hijo sabréis que le cuesta mucho hablar tanto con otros niños como con adultos con un tono de voz normal.  Tiene sus amigos y personas de confianza con los que sí lo hace, pero necesita un tiempo de adaptación ;-)  Pues el tono no era normal, era de excitación por el juego, el juego en el que estaban participando todos los niños y niñas y Cristo.

Al acabar la sesión de ayer me comentó Cristo que A. estaba ya integrado en el grupo.

Cuando llegamos a casa A. no me cuenta sobre lo que hacen si yo no pregunto.  No me gusta preguntar mucho.  A mi me hacían una especie de interrogatorio cuando era pequeña y la verdad, es que no me gustaba demasiado, por lo que ahora prefiero respetar la personalidad de mi hijo y no forzarle.

El día de hoy también ha sido igual, hablando y jugando tanto con niños como con niñas y con Cristo.  Al finalizar la sesión, una madre que estaba presente durante la sesión me ha comentado que A. en un momento dado en el que había un juicio (el tema de este mes era "Juegos de lógica con Alicia en el país de las maravillas") ha querido participar.  En el momento que tenía que intervenir se ha puesto un poco nervioso y no le salían las palabras.  Cristo y los niños se han cogido de las manos y respetuosamente han esperado a que A. estuviera preparado para hablar y lo ha hecho.  Me vuelvo a emocionar como he hecho cuando me lo explicaban, por el respeto, por la manera de hacer, por lo que transmite a los niños, por lo que los niños incorporan sin forzar, ...

Después he hablado con Cristo y me ha comentado que A. en un momento del taller ha dicho en voz alta "me gusta la libertad".

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